Un interface de audio es un dispositivo hardware que se conecta al ordenador y gestiona las entradas, las salidas y el procesamiento del sonido. Existen dos tipos básicos: las tarjetas PCI –conocidas comúnmente como tarjetas de sonido– que se instalan dentro del ordenador; y las cajas hardware externas –conocidas comúnmente como interfaces– que se conectan al ordenador por un cable USB o FireWire. El auge de los ordenadores portátiles durante los últimos años ha desplazado las tarjetas PCI en favor de los interfaces externos, y actualmente el mercado ofrece un amplio catálogo de modelos.
Pero, ¿Qué aspectos deben ser tenidos en cuenta a la hora de seleccionar un interface de audio?
La conectividad es una de las principales diferencias entre las diferentes tarjetas de sonido que ofrece el mercado. Algunas tarjetas disponen de varias entradas para poder grabar más de una fuente al mismo tiempo –micrófono o línea–. De igual modo, pueden disponer de varias salidas para conectarlas a las diferentes entradas de una mesa de mezclas o incluso para configurar un sistema surround. La mayoría de las tarjetas, también ofrecen puertos MIDI para conectar sintes y teclados externos, además de conexiones digitales como S/PDIF.
Otro aspecto a tener en cuenta reside en el hecho de que el interface de audio determina alcalidad de sonido que entra y sale del ordenador. Antes de que el ordenador grabe el sonido, hay que convertir su forma de onda analógica eléctrica en una representación digital de dicha señal y cuando el ordenador lo reproduzca, tiene que pasar por el proceso de conversión inverso. Estas etapas se conocen como conversiones A/D y D/A respectivamente, y cuánto mejores sean los convertidores, mejor será la calidad de sonido.
Finalmente deberíamos fijarnos en la frecuencia de muestreo y en la resolución de bit en la que permite trabajar el dispositivo. La frecuencia de muestreo es la cantidad de muestras que se toman por segundo –cuantas más muestras, más calidad–. La frecuencia de muestreo de un CD es de 44,1 kHz, frecuencia a la que funcionan la totalidad de los interfaces de audio en la actualidad, aunque algunos modelos más caros permiten trabajar hasta 96 kHz e incluso a 192 kHz.
Actualmente los interfaces de audio permiten trabajar hasta por lo menos 24 bit de resolución. Aunque la resolución de un CD es de 16 bit, una mayor cantidad de bit nos permitirá una representación más precisa de la onda analógica original.
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